Entre aulas
Entre aulas

Entre aulas

Subimos la calle que lleva al barrio de San Francisco y a mitad de camino torcemos a la izquierda donde casi cien niños nos esperan a las puertas de la Escuelita. Cada uno de los profesores saca su lista de alumnos y los va llamando para después acompañarlos de forma ordenada (excepto alguno que sale corriendo) a sus respectivas aulas. Si uno se pasea entre los edificios que forma la Escuelita escuchará a los más pequeños aprendiendo cuál es la letra “e”, a Lio y a Xavi poniendo orden entre adolescentes que se esfuerzan por distinguir el singular y el plural o a los grupos de Proyecto de Lectura sentados a la sombra de los árboles de fuera.

Como cada año, damos clases de refuerzo a los niños de Sabana Yegua. Sí, muchos están de vacaciones y sin embargo se acercan cada mañana a las 9 para sentarse dos horas a escuchar la lección de Lengua Española o Matemáticas. La semana pasada dedicamos dos días a hacer las pruebas de nivel y pese a que durante esta semana todavía ha habido algunos cambios, los grupos ya están casi consolidados.

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Xenia y Laia son las profes del grupo Azul, los más peques de la Escuelita. Allí aprenden todas las letras y empiezan a formar sílabas. En Matemáticas dan sus primeros pasos con las sumas y algunos llegan a contar hasta 100. El siguiente grupo corre a cargo de Carlota y Murx. Son el grupo Amarillo y en él empiezan a escribir y leer sus primeras frases completas. Los del Amarillo ya cuentan hasta 100 y además suman llevando y hacen restas sencillas.

El grupo Rojo tiene como profesores a Edu y a Pati, que de vez en cuando suben a sus alumnos a las sillas para hacer concursos del abecedario o se aventuran en el mundillo de los signos de puntuación. En las matemáticas manejan números de tres cifras y dan los primeros pasos con las multiplicaciones. Los mayores son cosa de Lio y Xavi, que ya escriben textos breves y conjugan verbos en presente, pasado y futuro. Después hacen comerse el coco a sus alumnos con problemas de matemáticas y series numéricas.

Finalmente, Javier y Ana coordinan el Proyecto de Lectura. En él, los niños, en grupos reducidos de 4 alumnos, se acercan más a los libros y los cuentos. Los más pequeños escuchan encantados cómo Ana y les cuenta historias de animales con el cuento Con todo mi corazón. Al final de semana preparan una pequeña representación teatral, o “drama” como lo llaman aquí, que muestran a sus compañeros de clase. Los mayores leen con Javier la historia de Pinocho y terminan la semana escribiendo finales alternativos a la historia. Vale la pena leer la reinterpretación que hacen de la historia, como la de Annobeli, que ha juntado en el mismo cuento a Pinocho y a Chuky el Muñeco Diabólico.

Todo esto sucede todas las mañanas de 9 y a 11. Y os aseguro que tanto niños como alumnos salen de la Escuelita con una sonrisa de oreja a oreja.

Clases

0 comentarios

  1. rocio

    Que actividad tan frenética! Seguro que las clases de refuerzo son fundamentales para que estos chavales avancen en su educación. Queda claro que disponen de una capacidad imaginativa extraordinaria, como el caso de Annobeli. Me encantaría oír su cuento. Seguir así. Animo.

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