María, Madrid, 26 años
María, Madrid, 26 años

María, Madrid, 26 años

A día 10 de Noviembre de 2023 presentamos el testimonio de María García Pérez:

Siempre he pensado que definir limita, por ello me resulta tremendamente complicado poner en palabras todo lo que he vivido desde que decidí adentrarme en Sonríe y Crece.

Una mezcla entre mis ganas de ayudar y el irme fuera un tiempo, hicieron que me decantara por una pequeña asociación que promovía diferentes proyectos en un pueblo al suroeste de República Dominicana. Se me dio la oportunidad de formar parte de ese equipo y a día de hoy puedo decir que ha sido la experiencia más bonita que he vivido.

Mucho trabajo por detrás, mucho compromiso y dedicación, que más tarde dan sus frutos cuando llegas a Sabana Yegua. Escribo sonriendo, ya que para mi Sabana Yegua fue un espacio de paz, un parón en mi vida donde pude experimentar felicidad en su estado más puro.

Un pueblo en la provincia de Azua donde desde el primer momento notas el calor de su gente. Los veteranos nos advertían del período de adaptación, pero allí todo es más fácil, y siempre ‘Al paso’. Al paso: disfrutar de la cotidianidad de la vida sin prisa, saboreando las pequeñas cosas del día a día. He ido durante dos veranos a Sabana Yegua y aunque uno no se puede comparar con otro, el ir un segundo año me hizo enamorarme aún más del proyecto.

Escuelita, veranito, acciones a pie de calle. Es darse a los demás en la medida que se pueda, haciendo un poquito mejor la vida de los que allí viven.

Los monitores del veranito, fuente de inspiración, descubrirles, hablar con ellos, conocerlos te hace darte cuenta del impacto de nuestro proyecto. No puedo no referirme a todos los niños con los que pasamos gran parte del tiempo, siempre en la calle, jugando, y envolviéndote en la inocencia de la niñez.

Las cenas con familias, mis momentos favoritos sin duda allí. Conectar y adentrarte en la cultura, te hacen sentir uno más y siempre siempre al ritmo de bachata.

Pero todo esto no es posible sin los voluntarios, todos los que forman Sonríe y Crece. Convivir un mes y medio con ellos, viviendo todo y compartiendo la misma experiencia me hace referirme a ellos como amigos. Amigos de los importantes.

Nunca olvidaré cuando estaba buscando información sobre la asociación y leí algo que llamó mucho mi atención. Como Oasis de paz se refería una antigua SyC a lo vivido en Sabana Yegua. Y creo que el nombre le hace mucha justicia.

Definir limita, pero el corazón lo tengo lleno, las vueltas a España siempre me costaron de todas las emociones que viví allí. Si tienes alguna duda, te diría que es ahora, que lo hagas y te dejes llevar porque no te arrepentirás.

Feliz de haber vivido esta aventura, y de seguir formando parte de la pequeña familia que es Sonríe y Crece.

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