En un abrir y cerrar de ojos hemos vuelto a casa. Y es que, el tiempo corre tan deprisa, que a veces ni con el mejor sprint consigues alcanzarlo. No en vano, queremos contaros todo lo realizado en el proyecto “Sonríe y Vida”.
“Sonríe y Vida” es el hermano pequeño de “Sonríe y aprende”. Es un proyecto con muchas futuras posibilidades y que poco a poco va cogiendo carrerilla. “Sonríe y Vida” no es únicamente un proyecto de actuación directa (ir y curar lo que se pueda). Va mucho más allá, el mayor reto es concienciar y que la ciudadanía sea capaz, con pequeñas herramientas de mejorar su salud y como consecuencia, su calidad de vida.
Este año tenemos que hablar de una novedad, de una nueva forma de actuación. Además de realizar charlas a grupos definidos (grupo pastoral de mujer, mujeres de Tábara…) como viene ocurriendo desde hace años, los viernes a la mañana con una pequeña mochila en mano hemos acudido a distintas zonas de Sabana Yegua y llamando de puerta en puerta, nos hemos plantado debajo de una mata para realizar una pequeña charla.
Han sido dos los temas abordados este año: enfermedades crónicas (concretamente hipertensión arterial, colesterol, Diabetes Mellitus tipo 2 y trombosis) y primeros auxilios (cura de heridas, quemaduras y atragantamientos)
La charla de enfermedades crónicas se ha impartido a grupos organizados (previamente mencionados) y se han enfocado de una forma dinámica, de manera que sea un diálogo entre Maialen (estudiante de medicina) y los asistentes.
Es vital comprender en qué se basa cada enfermedad con el fin de concienciar, prever y controlar. La actividad física junto con una alimentación adecuada es la principal clave (siempre hemos oído aquella frase de “somos lo que comemos”). Por ello, junto con Inhdira (nutricionista de Sabana Yegua) hemos realizado panfletos con recomendaciones alimentarias.
La charla de primeros auxilios se ha impartido en la calle. Maialen y otro voluntario han tratado de enseñar qué es lo que ellos pueden hacer con cosas que ellos mismos pueden tener por casa (ropa limpia en lugar de una tirita, limón en lugar de alcohol, manteca en lugar de crema hidratante…). La valoración es muy positiva, se han mostrado muy atentos y agradecidos. Además, se realizó la misma charla pero un poco más técnica y más enfocado a medicamentos con los encargados de botiquines de distintos pueblos.
Por último, mencionar, la relación que se ha establecido con el personal del centro Sanitario de San Francisco (Nelci, Fabiola y Francisca). De manera que, un día salimos a repartir cloro para potabilizar el agua y concienciar sobre distintas enfermedades que se pueden contraer por la toma de agua no potable.
Nada más,
Hasta pronto!!!