A día 27 de Febrero de 2024 presentamos el testimonio de Imma Trenchs Batlle:
Aunque parezca imposible, no creo que haya palabras suficientes para describir como me ha cambiado la vida esta experiencia. Ni todos los meses de preparación para el verano, las reuniones, las cenas, los eventos y el papeleo me hubieran preparado para lo que estaba punto de vivir.
Nada más llegar a Sabana Yegua me sentí como en casa. El ambiente por las calles, la música, la comida y sobre todo la gente me ayudó a abrir los ojos a otra realidad que ni yo misma sabía que existía. Uno de mis recuerdos favoritos del pueblo es recorrer por primera vez las calles y ver la ilusión de los niños al ver que habíamos llegado, ver como corrían hacia nosotros y nos abrazaban como si nos conociesen de toda la vida, la ilusión en sus caras al preguntarnos cuando empezaba la escuelita o el veranito. Todos estos niños fueron mis guías durante esas semanas, me enseñaron lecciones de vida que siempre voy a llevar en mi corazón, una de ellas, la que me marcó más fue: siempre estar dispuesto a ayudar a alguien. Siempre están dispuestos a ayudar a quien sea, aunque no tengan medios, siempre van a estar allí para ti con una sonrisa de oreja a oreja.
Para mí este verano ha significado un punto de inflexión en mi vida, gracias a Sonríe y Crece he conocido a muchísima gente que ahora mismo considero mi familia para toda la vida, una familia que me ha ayudado en momentos de dificultad, me ha hecho reír cuando estaba triste, me ha echado una mano cuando estaba estresada y, por encima de todo, me respalda en mis decisiones personales.
Para terminar, aunque sea muy cliché, me gustaría dar las gracias a todo el equipo de SyC, porque sin ellos este verano no hubiera sido lo mismo y ellos ya saben que siempre los voy a llevar en mi corazón. Aunque no sé dónde nos va a llevar el futuro a cada uno de los miembros del equipo, siempre vamos a ser la familia de SyC, porque todos hemos vivido lo mismo y esta experiencia la vamos a llevar en nuestros corazones siempre.
Y con el corazón feliz y lleno de amor me despido, pero solo por un tiempo, porque en unos meses nos volveremos a ver por las calles de Sabana Yegua bailando bachata y comiendo chinola.
¡Hasta pronto!