Hay lugares donde uno se queda y en cambio, hay lugares que quedan en uno
Hay lugares donde uno se queda y en cambio, hay lugares que quedan en uno

Hay lugares donde uno se queda y en cambio, hay lugares que quedan en uno

Lo adelantamos en un post, varios miembros de Sonríe y Crece hemos pasado las Navidades en República Dominicana.

“Nos vemos por Navidad en República” fue el saludo que estuvo en nuestra boca durante unos cuantos meses. En un principio era un mero sueño y nos dibujaba una sonrisa de oreja a oreja cada vez que lo decíamos, pero terminó por hacerse realidad.

Hay cosas difíciles de explicar, fuera del alcance de las palabras y la escritura. Hay cosas difíciles de entender, fuera de la razón humana. Vas una vez y queda algo pendiente. Vuelves y, al regreso, sólo quieres volver. Y es así como; una y otra vez, vuelves, vuelves y vuelves a ir.

Hay lugares donde uno se queda y en cambio, hay lugares que quedan en uno. Estas dos semanas nos han permitido vivir Sabana Yegua de una manera distinta. Hemos tenido lo más valioso que cualquier ser humano tiene: tiempo. Tiempo que el periodo en el que los voluntarios suelen desplazarse no suele abundar por los quehaceres. Tiempo para entrar, salir; jugar y sentarnos; reír y llorar.

El ejercicio de la solidaridad, cuando se practica en el día a día, es también un ejercicio de la humildad, que enseña a uno mismo a reconocerse más y a reconocer la grandeza escondida en las cosas pequeñas. Es la capacidad de saber observar, no de ver.

El mundo está formado de historias, historias que uno crea, piensa y reflexiona. El mundo es un montón de personas formando historias.

Este blog está formado también de historias. Historias que próximamente se crearán, pensarán y reflexionarán de estas Navidades en República Dominicana.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *