Ahora que se acerca el final de esta aventura creemos que seria bueno hacer un resumen de las actividades y tareas que han ocupado buena parte de nuestro día a día. Algunas son las mismas )o parecidas= a lo que todos hacemos cuando estamos en casa, mientras que otras son tan distintas que nunca se nos hubieran ocurrido antes de venir aquí.
Los lunes son el día de la limpieza a fondo y la compra. La mitad del grupo se va a Azua para hacer la compra de la semana. Si estáis pensando »Ah bueno, eso también lo hago yo» ya os avanzamos que aquí es muy distinto. Para llegar a Azua nos subimos en una guagua, una pickup, con la diferencia que aquí se suben tranquilamente ocho personas a la parte trasera, sentados o de pie, y si hace falta incluso más. Otra cosa que impactó a los que nunca habían venido antes fue el mercado, una veintena de puestos donde toca regatear, preguntar a cuánto está la libra, esquivar las motos que van pasando…
Mientras tanto, el resto limpian la casa con »agua mala», el agua del grifo y algunos van a comprar »agua buena» en bidones a algún colmado para beber.
Para el resto de tareas nos organizamos por parejas para que todo el mundo colabore, algunas tan sencillas como recoger la mesa y otras un tanto más desagradables como sacar la basura para que la recoja el camión.
Este año, la falta de agua ha marcado nuestra rutina. Encima de la casa hay un depósito, que rellenamos con una bomba los días que nuestra calle tiene agua corriente, que es una vez a la semana. Por eso más de un día hemos tenido que bañarnos llenando cubos con bidones, o usar platos y vasos de plástico y siempre vigilar al máximo para no gastar ni un poco más del agua necesaria.
Con todo esto, nuestras actividades del día a día se basan en ir a la escuelita por las mañanas de 9 a 11 para dar clase a todos aquellos niños que quieran asistir y por la tarde hacer el veranito de 15:30 a 17, el veranito es el conjunto de actividades que realizamos junto con los monitores de los pueblos para que los niños disfruten de un buen rato de diversión. Normalmente, tanto después del veranito como después de la escuelita subimos al barrio de San Francisco para jugar con los niños, charlar con las familias e intentar absorber el máximo de lo que todos ellos tienen por enseñarnos.
Finalmente, nos enorgullece contaros que este año algunos de los miembros del grupo nos hemos animado y cada día, alrededor de las 8 de la tarde nos preparamos para una sesión de abdominales y pesas con música incluida!
Guapos, moltes gracies per aquest relat del vostre dia a dia. M’agradat llegir-ho i crec a mes que pot ser d’interes per a nous voluntaris. Una abracada!