Últimos días
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Últimos días

Por fin han asfaltado nuestra calle. Cuando llegamos nos encontramos con una calle patas arriba: era de las pocas que no estaba asfaltada y la acera no era más que un montón de piedras, tierra y escombros. El agua llegaba muy de vez en cuando y el camión de la basura no pasó durante semanas. Pese al calor que emana el asfalto recién esparcido, los vecinos están encantados. Nosotros, sin embargo, no vamos a poder “disfrutar” de la novedad, ya que, lamentablemente, ha llegado la hora de regresar a casa.

El viernes finalizaron las clases de refuerzo y el “verano”. Por la mañana, nos despedimos de las aulas con un buen desayuno en el que los niños traían cosas preparadas desde casa. Después de llenar el estómago, repartimos regalos y diplomas a aquellos que habían asistido constantemente a las clases y se habían esforzado más. Se fueron a casa cargados de lápices, colores y estuches que seguro aprovecharan en el curso escolar que ahora empieza. Con muchos de ellos nos volvimos a encontrar por la tarde en el verano. Los monitores dominicanos dirigieron la que sería la última tarde de juegos con nuestro apoyo. Los niños se despidieron con ganas de más actividades. Y las tendrán. A partir de septiembre, cada sábado los monitores dominicanos llevaran las actividades. Ganas no les falta. No hacía ni tres días que había finalizado el “verano” y ya tenían la campaña montada. Estamos convencidos de que lo harán fenomenal. Este verano han demostrado que saben estar al frente y ser un ejemplo para los niños.


Juegos de verano en Sabana Yegua
Juegos de verano

También terminó el primer “verano” en proyecto 4. Los niños que al principio se mostraban tímidos y desconfiados terminaron pasándolo en grande y pidiéndonos que volviéramos el verano que viene. Además, los últimos días contamos con la ayuda de las jóvenes que venían cada tarde a jugar con los niños. Las distribuimos con cada uno de nosotros y les pedimos que fuesen ellas las que explicasen los juegos a los niños. Algunas no lo hicieron nada mal. Saben comunicarse bien con ellos, y el hecho de que los niños las conozcan facilita dar instrucciones. Es posible que el próximo verano iniciemos un curso de formación de monitores en proyecto 4 para poder dar continuidad a un “verano” que ha iniciado con fuerza (hemos tenido una media de 80 niños por día).

Verano en el proyecto 4

Continuamos también con nuestro programa de becas. Mantenemos las dos becas de primaria que ya dimos el año pasado. Además, extendemos tres nuevas becas de primaria y concedemos una nueva de secundaria. Estas ayudas servirán para que los niños seleccionados puedan continuar sus estudios, ya que sus condiciones familiares y económicas no son favorables. Para repartir las becas nos hemos basado en el comportamiento y el rendimiento de los alumnos en las clases de refuerzo. Después, nos reunimos con las familiar para conocer mejor su situación y pedirles un compromiso para que el estudio de sus hijos siga adelante. Tanto los niños como las familias se han mostrado entusiasmados ante la noticia. Esperemos que esta oportunidad de sus frutos en el futuro.

Para nosotros ha llegado el momento de la despedida. Los paseos por las calles de pueblo se alargan en juegos y abrazos con los niños. Nosotros nos vamos y ellos empiezan el curso, pero todos tenemos en mente el próximo verano. Ellos lo han pasado en grande y se nota en sus despedidas que les apena nuestra marcha. Pero en el fondo saben que esto es un “hasta luego”, y que de aquí unos meses volveremos a la carga. Ahora toca guardar los recuerdos que hemos ido acumulando a lo largo de este mes y medio. Cuando volvamos, muchos niños habrán crecido y cambiado, pero mientras mantengan esas ganas de aprender y de jugar, nos damos por satisfechos.

Sonríe y Crece 2013

Para nosotros, como cada año, ha sido una experiencia formidable. Nos vamos con la sensación de haber ayudado todo lo posible. Aunque siempre se puede hacer más, y es eso lo que hace que esta asociación, este grupo de amigos, siga pensando en el futuro. Los miembros cambian, pero el espíritu es el mismo. Estos cuarenta y pico días de convivencia han dado para muchas risas y buenos momentos. Hemos pasado días sin agua, sin luz; conviviendo con mil bichos y un par de ratones que tuvimos viviendo con nosotros durante una semana. Pese a estas pequeñas adversidades, el ánimo no ha decaído y nuestro empeño por que las cosas fuesen bien ha estado siempre intacto. En general hemos tenido buena salud, sólo hemos ganado un poquito de color de piel. A los de casa, os hemos echado de menos y tenemos ganas de veros. Pero entended que cuando lleguemos a casa, a los que echaremos de menos será a los niños que con una sonrisa de oreja a oreja, esperan que sea verano de nuevo.

La calle al inicioOri y su calle

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